
Hace apenas un mes, el 12 de agosto, el sueco Armand Duplantis volvió a desafiar la historia en el Memorial Gyulai István de Budapest, donde elevó su propio listón hasta los 6,29 metros, un nuevo récord mundial en salto con pértiga. En los Mundiales de Tokio, a los que llega como gran figura internacional, la incógnita no es si ganará, sino si lo hará con otra marca histórica.
Nacido en Lafayette (EE.UU.) en 1999, hijo de la jugadora de voleibol sueca Helena, que colabora en su preparación física, y del pertiguista estadounidense Greg, que hoy es su entrenador, Duplantis mostró talento desde niño: comenzó a saltar con tres años y muy pronto, en su etapa universitaria en Luisiana, ya destacaba sobre todos sus rivales.
Su palmarés es insuperable: dos oros olímpicos (Tokio 2020 y París 2024), cinco títulos mundiales (dos al aire libre y tres bajo techo), cuatro campeonatos de Europa y 41 victorias en la Liga Diamante, donde ha conquistado el trofeo principal en cinco ocasiones.
El sueco, considerado el mejor pertiguista de la historia, domina ampliamente la disciplina. Su marca de 6,29 metros lo coloca lejos de sus principales competidores: el griego Emmanouil Karalis (6,08) y los estadounidenses Sam Kendricksy Christopher Nilsen (6,01). Por eso, en el mundo del atletismo casi nadie contempla una derrota de Duplantis.
Desde su primer récord mundial en Torún 2020 (6,17 m) hasta su última hazaña en Budapest 2025 (6,29 m), ha establecido trece plusmarcas, todas recompensadas con 100.000 dólares por parte de World Athletics. En Tokio, la pregunta no es si ganará, sino cuál será su nuevo techo.