
El español Marc Márquez (Ducati Desmosedici GP25) llega al nuevo trazado de Balaton Park, escenario del Gran Premio de Hungría de MotoGP este fin de semana, dispuesto a dar otro paso firme en su camino hacia el séptimo título de la categoría reina y el noveno de su carrera deportiva. La cita, que regresa al calendario tras 33 años de ausencia, promete ser uno de los puntos más emocionantes de la temporada.
Como sucede cada vez que el campeonato aterriza en un circuito inédito, surgen dudas sobre el rendimiento de los pilotos, pero Márquez ya ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad para adaptarse rápidamente. Además, los corredores de Ducati llegan con una pequeña ventaja: rodaron con motos de calle en Balaton Park la semana previa al Gran Premio de Austria, obteniendo referencias clave.
En una temporada de 22 grandes premios, nada está completamente decidido, pero los números de Márquez hablan por sí solos: ha conseguido nueve dobletes consecutivos —victorias en carrera sprint y carrera larga— y 12 triunfos en 13 sprints posibles. Estos resultados confirman la simbiosis perfecta que el piloto ha logrado con la Ducati Desmosedici GP25 en su primer año con la moto roja.
Con semejante dominio, sus principales rivales parecen cada vez más lejos. Su hermano Álex Márquez (Ducati Desmosedici GP24) está a 142 puntos de distancia, mientras que su compañero de equipo, el italiano Francesco “Pecco” Bagnaia (Ducati Desmosedici GP25), acumula 197 puntos de desventaja.
Esta superioridad ha llevado a Márquez a afirmar con confianza: “Este Mundial solo lo puedo perder yo”.
Y no le falta razón. Con la ventaja actual, Marc Márquez solo necesita gestionar con inteligencia lo que resta de campeonato para conquistar su noveno título mundial, un logro con el que igualaría la legendaria marca de Valentino Rossi.