Moët & Chandon ha sido anunciado como el nuevo proveedor oficial de champán de la Fórmula 1, marcando su regreso al podio de la categoría tras cuatro años en los que los pilotos celebraban con vino espumoso italiano.

La icónica marca francesa, que fue patrocinadora de la F1 entre 1966 y 2000, también será el patrocinador oficial del Gran Premio de Bélgica, programado para julio en el circuito de Spa-Francorchamps. Su regreso forma parte de un acuerdo de patrocinio de 10 años entre el gigante del lujo LVMH y la Fórmula 1, propiedad de Liberty Media, que incluye otras marcas como Louis Vuitton y TAG Heuer.

Como parte de esta alianza, TAG Heuer ha reemplazado a Rolex como cronometrador oficial, mientras que Louis Vuitton es ahora socio de la F1 y patrocinador principal del Gran Premio de Australia, que abrirá la temporada en marzo en Melbourne.

Moët & Chandon sustituye a Ferrari Trento, la bodega italiana que había sido el “brindis oficial” de la Fórmula 1 desde 2021. La tradición de celebrar con champán en el automovilismo se remonta a 1966 en Le Mans, cuando el piloto suizo Jo Siffert roció accidentalmente a los espectadores tras la explosión de un corcho debido al calor. Un año después, el estadounidense Dan Gurney convirtió ese gesto en una costumbre al agitar la botella deliberadamente.

En la Fórmula 1, la tradición comenzó en 1950 cuando Juan Manuel Fangio, ganador del Gran Premio de Francia en Reims, recibió una botella de Moët. Años después, en 1969, el tricampeón Jackie Stewart fue el primero en rociar champán en el podio, también de manera accidental, tras ganar el Gran Premio de Francia en Clermont-Ferrand.

Cabe destacar que en las carreras celebradas en Oriente Medio, la celebración en el podio se realiza con agua de rosas en lugar de champán.