
AFP
El Mundial de Catar -en cuyos estadios proliferó la bandera palestina, que los futbolistas marroquíes enarbolaron tras vencer a España- demuestra que la causa palestina no está “enterrada” por la normalización de relaciones entre Israel y algunos países árabes, dicen políticos y medios.
En Gaza, Ramala y Jerusalén Este, el éxito de Marruecos, primer país árabe en acceder a una semifinal mundialista, es seguido de cerca por los palestinos que se felicitan de ver a los Leones del Atlas enarbolar la bandera negra, blanca, roja y verde.
En su tienda de artículos deportivos de Ramala, Saeed Al Ramahi no tiene a la venta ni una sola camiseta de la selección marroquí. “Si tuviera 300.000 camisetas, las habría vendido todas en los dos últimos días”, declaró a AFP.
La locura es tal que la Autoridad Palestina de Mahmud Abas invitó el miércoles a los aficionados a la Mukata, su cuartel general en Ramala, para ver la semifinal entre Francia y Marruecos.
“El Mundial revela la mentira según la cual la causa palestina fue enterrada por los acuerdos” de normalización entre Israel y países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, dijo a AFP Djibril Rajub, presidente de la Federación Palestina de Fútbol y secretario general de Fatá, el partido de Abas.
La Copa del Mundo es “una bofetada a la idea de normalización”, afirmó Rajub
La clase política palestina fustigó los acuerdos de Abraham, concluidos en 2020, y los calificó como una “puñalada por la espalda”, al argumentar que los países árabes podían normalizar sus relaciones con Israel después -no antes- de una solución definitiva al conflicto israelo-palestino.