Oscar Washington Tabárez tiene 78 años y hoy no dirige a ningún equipo, pero su legado permanece intacto. Su manera de dignificar la profesión, la profundidad de sus conceptos futbolísticos y, sobre todo, su enfoque humano continúan presentes en cada testimonio de quienes fueron sus dirigidos y hoy ejercen como entrenadores. Ese legado volvió a sentirse este miércoles, cuando la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP) y la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (AUDEF) le rindieron un cálido homenaje en reconocimiento a más de 15 años al frente de la selección uruguaya, donde dirigió 225 partidos y participó en cuatro mundiales.

Aunque en Argentina dejó huella en Boca Juniors —club en el que fue campeón— y en Vélez Sarsfield, su trabajo más trascendente fue en la Celeste. “Eso se dio porque siempre buscamos transmitir valores y una educación conectada con la cultura futbolística uruguaya, una de las mejores del mundo”, expresó Tabárez en la Sala Zitarroza, acompañado por su histórico cuerpo técnico: Celso Otero, Mario Rebollo y José Herrera. Juntos lideraron un proceso desde 2006 hasta 2021 que tuvo como hitos el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 —algo que Uruguay no lograba desde hacía 40 años— y la Copa América 2011 celebrada en Argentina.

“Hubo un antes y un después con el Maestro, sobre todo por la unión que generó entre la selección y la gente”, afirmó Diego Forlán. Sebastián Abreu reforzó esa idea: “A veces el exitismo hace perder de vista lo esencial. No fue solo la Copa América; fue la identificación entre equipo y pueblo. Ese fue el mayor título”. Abreu también destacó una frase que marcó todo el ciclo: “El camino es la recompensa”. La lleva consigo a cada club que dirige. Diego Godín, por su parte, recordó que esa conexión nació de los valores que Tabárez transmitía día a día.

El Maestro evocó algunas de las bases de su proyecto: “Cuando llegaban los chiquilines de la Sub 15, les decíamos que acá se saluda, aunque no conozcas a alguien, y se agradece a quien te retira el plato o te hace un favor. Se habla mucho de nuestro cuerpo técnico, pero hubo muchas más personas que hicieron posible ese proyecto. Era necesario dejar una guía clara para afianzar las ideas”.

Entre los presentes estuvieron Forlán, Godín, Abreu y otros futbolistas que pasaron por su ciclo, incluso Fabián Estoyanoff, a quien Tabárez apartó tras la Copa América 2007. “Lo entendí clarísimo: quien se desviaba de ese camino quedaba afuera”, reconoció Estoyanoff. “En su momento lo sufrí. Fui a tres Copas América y no estuve en la que fueron campeones. Pero fueron enseñanzas que me marcaron. Se lo agradecí cuando nos reencontramos”.

La ceremonia terminó con todos de pie, ovacionando a Tabárez. Un homenaje a un entrenador cuyo legado, más allá de los resultados, sigue vivo en la identidad del fútbol uruguayo.