 
                            Jason Wilcox, jefe de operaciones del Manchester United, señaló que el club debe continuar invirtiendo en la plantilla y respaldando el proyecto del técnico portugués Rúben Amorim si quiere volver a conquistar títulos en los próximos años.
Amorim, quien cumple un año al frente del United, recibió un plan a tres años por parte del propietario Jim Ratcliffe para construir un equipo competitivo. En su primera campaña, el equipo terminó en un decepcionante decimoquinto puesto —su peor posición en medio siglo— aunque quedó cerca de un título al llegar a la final de la Liga Europa. Esta temporada, el United marcha cuarto en la Premier League y celebró recientemente su primera racha de tres triunfos consecutivos.
Durante el verano, el club invirtió más de 240 millones de euros en incorporaciones como Bryan Mbeumo, Matheus Cunha, Benjamin Šeško y Senne Lammens.
“Tenemos claro el plan”, afirmó Wilcox. “Si queremos mantenernos entre los cuatro primeros, luchar por la Champions con regularidad y volver a ganar la Premier League o la propia Champions, debemos invertir. Necesitamos jugadores con talento, pero también con la personalidad y el carácter para soportar la presión”.
A pesar del fuerte gasto en fichajes, el United ha aplicado una serie de recortes internos que derivaron en más de 400 despidos y en la eliminación de beneficios para el personal, como la comida gratuita en la cantina del club.
Consultado por estas medidas, Ratcliffe fue tajante: prefiere destinar los recursos a fichar a los mejores futbolistas del mundo antes que mantener privilegios internos.