El pasado viernes, Arabia Saudí puso en marcha su ambiciosa propuesta para ser el anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol de 2034. Esta candidatura parece destinada al éxito, especialmente porque no se han presentado otros competidores antes del plazo final establecido por la FIFA.

Con la edición de 2030 ya asignada a una colaboración histórica entre Marruecos, Portugal y España, la FIFA ha restringido las postulaciones para el evento de 2034 a miembros de las confederaciones de Asia y Oceanía.

De lograrlo, Arabia Saudí se convertiría en el segundo país del Golfo en acoger este prestigioso torneo, siguiendo los pasos de Qatar, que fue sede en 2022.

La campaña de la Federación de Fútbol de Arabia Saudí (SAFF), bajo el lema “Crecer. Juntos”, tiene como objetivo demostrar cómo el país está fortaleciendo vínculos internacionales a través del fútbol.

Recientemente, Arabia Saudí ha invertido fuertemente en deportes de renombre como el fútbol, la Fórmula 1, el boxeo y el golf. Estas acciones han suscitado críticas de que el reino está utilizando el deporte para mejorar la percepción de su registro en derechos humanos, acusaciones que el país rechaza argumentando la protección de su seguridad nacional.

Yasser Al Misehal, presidente de la SAFF, destacó la importancia de compartir con el mundo los logros futbolísticos del país. “Hemos progresado de manera notable tanto en el fútbol masculino como femenino. Nuestra candidatura invita al mundo entero a ser parte de esta emocionante aventura”, expresó.

El próximo paso es la entrega del dossier completo de la candidatura a la FIFA en julio, esperando la selección oficial de las sedes para las Copas Mundiales de 2030 y 2034 en un Congreso a finales de este año.