
El golpe fue tan duro como inevitable. La selección Sub-20 de Brasil quedó eliminada de manera prematura del Mundial de la categoría, disputado en Chile, luego de caer este sábado ante España (1-0) en la última jornada del Grupo C. El resultado dejó al conjunto brasileño sin victorias en tres partidos y con apenas un punto en la tabla, firmando una de las actuaciones más decepcionantes en la historia del fútbol juvenil del país.
Ante el fracaso, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció la destitución de Ramón Menezes, quien había dirigido al equipo durante más de tres años. En un comunicado oficial, la entidad explicó que la decisión se tomó “tras evaluar el ciclo de trabajo desarrollado hasta la fecha”, aunque el trasfondo fue evidente: la eliminación más temprana de la Canarinha Sub-20 en un Mundial.
Los jugadores brasileños abandonaron el campo con rostros abatidos, reflejo de la tristeza e incredulidad por no haber cumplido con la obligación de competir por el título. El gol de Iker Bravo, apenas iniciado el segundo tiempo, selló la derrota definitiva pese a los intentos del conjunto sudamericano por revertir el marcador.
Brasil se despidió del torneo sin ganar un solo partido: igualó 2-2 ante México en su debut y luego perdió frente a Marruecos (2-1) y España (1-0), terminando en el último lugar del grupo.
La caída, sin embargo, no tomó del todo por sorpresa. En el Sudamericano Sub-20 disputado en febrero, aunque Brasil se coronó campeón tras empatar 1-1 con Argentina en la jornada final, el rendimiento del equipo ya había mostrado altibajos que ahora parecieron confirmarse en el escenario mundialista.