
El Manchester United superó 2-1 al Chelsea en Old Trafford en un partido marcado por las expulsiones tempranas y la tensión constante. El triunfo supone la segunda victoria de Rubén Amorim en la Premier League y da un respiro a su gestión al frente de los ‘red devils’.
El encuentro se rompió muy pronto. En el minuto 5, Robert Sánchez salió a destiempo para frenar a Bryan Mbeumo y fue expulsado como último hombre, dejando a los ‘blues’ con diez. El Chelsea tuvo que reorganizarse rápidamente, sacrificando a Estêvão y Pedro Neto para reestructurar su defensa y reforzar la portería con Jorgensen.
El United no desaprovechó la superioridad. Bruno Fernandes abrió el marcador en el 15, tras un centro de Mazraoui que Amad Diallo bajó con la cabeza y dejó servido al capitán portugués para el 1-0. Poco después, en el 21, Cole Palmer abandonó el campo lesionado, complicando aún más los planes de Enzo Maresca.
La presión local se tradujo en el 2-0 en el minuto 37, cuando Luke Shaw peinó un balón aéreo en el área y Casemiro lo mandó de cabeza al fondo de la red. Sin embargo, el brasileño pasó de héroe a villano: en el 51 vio su segunda amarilla y dejó al United con diez. Fue su tercera expulsión desde que llegó al club.
Con igualdad numérica, el Chelsea asumió la posesión, pero le faltó claridad en ataque. Los de Amorim, replegados, esperaban al contragolpe, aunque sin éxito. João Pedro fue de lo más activo de los visitantes, pero careció de apoyo.
Cuando parecía que el United resistiría sin sobresaltos, un saque de esquina en el tramo final permitió a Chalobah descontar con un cabezazo, en el primer disparo a puerta de los ‘blues’. El tanto llegó tarde y el 2-1 acabó siendo definitivo en un duelo cargado de intensidad, interrupciones y poca precisión ofensiva.