
Un penalti en el último suspiro, provocado por una mano de Hannibal Mejbri y ejecutado con frialdad por Mohamed Salah, dio al Liverpool la victoria por 0-1 frente al Burnley y le permitió mantener su paso perfecto en la Premier League, con cuatro triunfos en cuatro jornadas.
El partido fue un monólogo de los ‘Reds’, que acumularon 27 remates ante un Burnley encerrado durante todo el encuentro. Sin embargo, el gol se resistía hasta que en el minuto 93 Jeremie Frimpong lanzó un centro al área y Hannibal lo desvió con el codo. El propio jugador reconoció su error de inmediato, sabiendo que había sentenciado a su equipo.
El árbitro Michael Oliver señaló el punto de penalti sin necesidad de VAR y Salah no falló, enviando el balón fuera del alcance del guardameta para asegurar tres puntos que mantienen al Liverpool como líder en solitario, con doce unidades, tres más que Arsenal, Tottenham y Bournemouth.
La alegría quedó empañada por los contratiempos físicos: Milos Kerkez fue sustituido a los 38 minutos y Alexis Mac Allister sufrió un fuerte golpe en el tobillo tras una dura entrada de Ugochukwu. La participación del argentino en el próximo duelo de Liga de Campeones frente al Atlético de Madrid es incierta. El propio Ugochukwu terminaría expulsado en los minutos finales tras ver la segunda amarilla.
El Burnley, pese a la resistencia y a las paradas de Dubravka, se quedó sin premio por una acción inocente en el último minuto. El Liverpool, en cambio, celebró una victoria sufrida que lo consolida como el único equipo con pleno de puntos en el arranque de la temporada.