
El lunes prometía no ser un día cualquiera para San Lorenzo. Más allá de la derrota frente a Platense, el club continúa atrapado en un complejo laberinto institucional tras 119 días del denominado Moretti-gate, sin encontrar aún una salida clara.
En medio de la espera por una resolución del Tribunal de Ética de la AFA que le permita retomar sus funciones, el presidente en licencia, Marcelo Moretti, se presentó en la sede administrativa de avenida La Plata acompañado por un escribano. Sin embargo, se le negó el ingreso a la oficina de la presidencia y se retiró sin incidentes. Según distintas voces cercanas al club, el gesto tuvo como objetivo demostrar que conserva la capacidad de volver en cualquier momento, lo que encendió las alarmas puertas adentro de la institución.
Horas después, comenzaron a circular versiones sobre la posible renuncia de Julio Lopardo, actual vicepresidente primero que ejerce como presidente interino, aunque la decisión todavía no fue confirmada.
Los analistas de la política azulgrana señalan dos posibles escenarios que podrían sacudir el tablero institucional: que la AFA oficialice el aval para el regreso de Moretti, o que el propio dirigente envíe un correo formal levantando su licencia. Hasta tanto, persiste la incertidumbre sobre el futuro inmediato del club.
Un dirigente opositor de la agrupación Boedo en Acción resumió el clima: “Moretti se presentó con cuatro custodios. No lo dejaron entrar en la sede y no se lo van a permitir hasta que envíe un mail comunicando oficialmente la finalización de su licencia, mientras que el oficialismo no tiene idea qué hacer ni cómo seguir”.
La gran incógnita sigue siendo qué ocurrirá si Moretti decide dar ese paso: ¿acefalía? ¿un gobierno de transición? ¿renuncias masivas? El presente institucional del Ciclón continúa envuelto en dudas y sin respuestas concretas.