El fútbol británico volvió a estremecerse este fin de semana tras conocerse que Paul Gascoigne, una de las leyendas más queridas y controvertidas de Inglaterra, fue encontrado inconsciente en su casa del sur del país y trasladado de urgencia a un hospital.

Según informó el diario The Sun, fue un amigo cercano quien encontró al exmediocampista tendido en el suelo de la vivienda que alquila en el condado de Dorset. Al percatarse del estado crítico en el que se encontraba, el allegado llamó de inmediato al 999, el número de emergencias en Reino Unido.

Minutos después, una ambulancia llegó a la propiedad y llevó a Gascoigne al hospital de Poole, donde quedó ingresado bajo observación médica. Los primeros reportes indican que, si bien su estado era preocupante, no corre peligro de muerte. “Está fuera de peligro, pero fue un susto muy grande”, señalaron voceros cercanos a su entorno.

El episodio volvió a poner en el centro del debate la dura batalla personal que Gascoigne, de 57 años, ha librado durante años contra las adicciones. Él mismo ha hablado públicamente de su lucha, en más de una ocasión al borde del colapso, en un camino que ha sido tan doloroso como público.

Figura destacada del Tottenham, la Lazio y la selección inglesa en los años 90, Gazza sigue siendo un ícono del fútbol británico. Y cada vez que su salud se tambalea, la alarma vuelve a sonar con fuerza.