Todos lo esperaban. Los hinchas, que lo recibieron como un campeón del mundo en la Bombonera el jueves pasado. Juan Román Riquelme, que insistió hasta en tres ocasiones para cerrar su fichaje. Sus nuevos compañeros, ansiosos por compartir cancha con un referente de jerarquía. Pero, sobre todo, quien más lo necesitaba era Miguel Ángel Russo, que ahora podrá comenzar a construir un equipo competitivo alrededor de Leandro Paredes, el volante central que promete devolverle a Boca el equilibrio futbolístico —y también anímico— que tanto ha buscado.

Todo indica que Paredes será titular este viernes, cuando el xeneize reciba a Unión a las 19:30 en la Bombonera, por la segunda fecha del Torneo Clausura. Tras el deslucido empate 0-0 frente a Argentinos Juniors en el debut, la presencia del exjugador de la selección llega como una inyección de orden y experiencia para un equipo que aún busca su forma.

Su llegada tiene un valor simbólico, pero también táctico: Boca perdió estructura después del Mundial de Clubes. Russo aún no ha logrado consolidar una columna vertebral. El único puesto fijo es el del arquero, Agustín Marchesin. En defensa, las bajas por suspensión (Nicolás Figal), lesiones (Ayrton Costa) y temas personales (Marcos Rojo) impidieron afianzar una zaga sólida. En el medio, el técnico apostó por Ander Herrera, pero el español no superó su racha de lesiones musculares. Tampoco logró definir un centrodelantero titular, y ante Auckland City improvisó con dos atacantes sin encontrar el gol.

En ese escenario, Paredes no es solo una incorporación: es una solución largamente esperada. Un mediocampista central confiable, con técnica, visión y, sobre todo, regularidad, algo escaso en el actual plantel. Es un jugador que rara vez se lesiona y que mantiene una buena condición física durante toda la temporada, lo que le permitirá a Russo planificar con mayor previsibilidad y construir desde una base firme.

El entrenador probó sin éxito con diferentes alternativas: Ander Herrera quedó descartado por lesión, Tomás Belmonte no encaja como un 5 natural, Williams Alarcón se perfila más como variante, y Milton Delgado aún está en proceso de formación.

Ahora, con Paredes como eje, Boca parece haber encontrado por fin el punto de partida para rearmar su identidad y volver a ser un equipo competitivo.