
La FIFA también vive su propio ensayo general antes del Mundial 2026. Estados Unidos, el país anfitrión, se sumerge este verano en una intensa agenda futbolística con dos torneos de alto nivel: la Copa Oro y el renovado Mundial de Clubes, ambos con el objetivo de preparar el terreno para la próxima Copa del Mundo.
Sin embargo, el contexto actual del país añade matices complejos. La organización de estos eventos se desarrolla en medio de una coyuntura política tensa, marcada por el avance de la campaña presidencial de Donald Trump, un entorno migratorio conflictivo y protestas recientes. Aun así, se espera que alrededor de 6 millones de aficionados lleguen desde Asia, Latinoamérica, África, Europa y otras regiones, y que el interés por el fútbol crezca un 62% rumbo a 2026, según datos de Nielsen Fan Insights.
Por ahora, la respuesta de los aficionados ha sido irregular en los 12 estadios del Mundial de Clubes y en los 13 de la Copa Oro (además de uno en Vancouver, Canadá). “La asistencia no solo impacta al fútbol, también afecta a la NBA, la NFL y otros deportes. Hay una sobresaturación de eventos y cierto agotamiento entre los aficionados”, explica Walter Franco, director de la consultora Victus Advisors. “A eso se suma el contexto político y social, con redadas migratorias y protestas que han generado temor. Aun así, hay partidos con grandes entradas, como el Inter Miami ante más de 60,000 personas o el PSG vs Atlético de Madrid en el Rose Bowl.”
Franco también señala otros factores como los horarios laborales y los juegos entre semana, que complican la asistencia. A su vez, destaca que equipos como Auckland City, de Nueva Zelanda, carecen de peso mediático fuera de su mercado, lo que afecta el interés por algunos encuentros.
Aunque el fútbol no es el deporte dominante en EE.UU., el Nielsen Global Sports Report 2025 revela que el 27% de la población se declara aficionada al balompié, lo que equivale a 62.2 millones de personas. Esta cifra posiciona al país como el cuarto mayor mercado de fans del fútbol a nivel global. Con la Copa Mundial 2026 en el horizonte, junto con torneos clave en 2025 y 2027, se proyecta un crecimiento sostenido en el interés por este deporte.
“La CONCACAF y la FIFA decidieron dividir los torneos entre costas: la Copa Oro en el oeste y el Mundial de Clubes en el este. Pero hay tanto fútbol que es difícil para los hinchas seguirlo todo”, explica Felipe Cárdenas, periodista de The Athletic. “Es verano, época de vacaciones, trabajo, campamentos. Además, hay un nivel de tensión política que no se veía en décadas. El deporte es una válvula de escape, pero la incertidumbre marcará el camino hacia el Mundial 2026.”