
Bilbao se prepara para acoger a unos 55.000 aficionados británicos con motivo de la final de la UEFA Europa League que disputarán este miércoles el Tottenham Hotspur y el Manchester United en el estadio de San Mamés. Las autoridades locales no esperan incidentes relevantes, confiadas en la buena relación entre ambas aficiones.
El partido reunirá a 49.600 espectadores, el aforo total del estadio, de los cuales al menos 15.000 corresponderán a cada uno de los clubes finalistas. A ellos se sumarán alrededor de 11.000 aficionados neutrales y otras 8.600 entradas repartidas por la UEFA. Las localidades puestas a la venta —unas 41.000— tienen precios que oscilan entre los 40 y los 240 euros.
La ciudad, que ya tiene su capacidad hotelera completamente colapsada, contará con el apoyo de municipios vecinos de Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Cantabria para alojar a los visitantes.
Se prevé que una gran parte de los hinchas llegue y se retire del País Vasco en los 170 vuelos chárter programados por Aena entre el martes y el jueves en los aeropuertos de Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Santander. Debido a que los vuelos proceden del Reino Unido —fuera del espacio Schengen—, Aena ha coordinado operativos con la Policía Nacional para reforzar los controles de pasaportes y habilitar puertas de embarque adicionales.
Desde este lunes 19, Bilbao experimentará diversas restricciones relacionadas con seguridad, tráfico, aparcamientos y movilidad urbana, que podrían generar incomodidades en la ciudadanía durante los días previos y posteriores al encuentro.