La ilusión del fútbol ha regresado a Tijuana. Los Xolos no solo disputan la Liguilla del Apertura 2025, sino que también cuentan con una de las mayores promesas mexicanas del momento: Gilberto Mora, mediocampista de 17 años que ya acapara miradas dentro y fuera del país.
Pero detrás de Mora —y del buen momento del plantel— está una figura que marcó una era en México a finales de los 90 y principios de los 2000: Sebastián “Loco” Abreu. El carismático delantero uruguayo, recordado por sus festejos y su peculiar personalidad, vive su primera aventura como técnico en la Liga MX al frente de Tijuana.
En estos primeros meses, su “locura” adquirió una nueva versión. Abreu ha logrado potenciar a un equipo lejano de los más costosos del futbol mexicano, exprimiendo al máximo el talento de jugadores de perfil bajo y de nacionalidades poco habituales en la liga, como Marruecos, Jamaica o Camerún.
“Cuando Abreu pasó por Dorados, antes de llegar a Xolos, quizá se pensaba que no tenía las tablas para dirigir en la Liga MX por venir de la Liga de Expansión, pero ha crecido bastante”, explica Jorge Dennis, cofundador de la plataforma de análisis Statiskicks, en entrevista con El Economista.
“En este torneo, sus mejores cualidades se vieron en el bloque bajo: esperar al rival, ser ordenado y luego contraatacar con verticalidad, usando pases largos y centros, aprovechando a jugadores altos (…) Abreu encontró la forma de potenciar a su equipo, y eso es clave: qué haces con lo que tienes. Y lo ha hecho muy bien”.