El tenista Rafael Nadal recibió este viernes el título de doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca, convirtiéndose en el primer deportista en recibir este reconocimiento de la histórica institución. Durante su discurso, el mallorquín defendió el papel del deporte como un “puente” capaz de fomentar la convivencia, la cordialidad y el respeto mutuo en un mundo que, aseguró, vive “marcado por la división y la polarización”, problemas que considera necesario combatir con la educación.

Ante el claustro de doctores reunido en el Paraninfo universitario, Nadal agradeció el reconocimiento, que atribuyó tanto a la educación recibida de su familia —presente en el acto— como a las lecciones aprendidas en las pistas de tenis y en sus viajes por el mundo. “No puedo estar más feliz”, confesó al inicio de un discurso en el que citó al expresidente sudafricano Nelson Mandela para subrayar el poder transformador del deporte: “El deporte puede crear esperanza donde antes solo había desesperación”.

Preguntado después por la prensa sobre sus palabras contra la polarización, Nadal insistió en que el deporte “siempre ha sido un punto de unión” y puede servir de inspiración en un contexto global “donde muchas cosas están mal”.

En su intervención, el 22 veces campeón de Grand Slam recordó que sus “escuelas” fueron los entrenamientos y la competencia con sus rivales, de los que aprendió disciplina, esfuerzo diario y una “ambición sana” en la que “el fin no justifica los medios”. Añadió que los grandes logros se construyen sobre la base del trabajo constante: “Nada se consigue sin esfuerzo, sin compromiso y sin cuidar los pequeños detalles. Soñar en grande de poco sirve si no se trabaja con intensidad y objetivos claros cada día”.