Jannik Sinner se consagró campeón por primera vez en Wimbledon tras vencer al bicampeón defensor, Carlos Alcaraz, en una final de altísimo nivel que terminó 4-6, 6-4, 6-4, 6-4. El italiano, número 1 del mundo, mostró temple y carácter para revertir un comienzo complicado y firmar su segundo título de Grand Slam.

Cinco semanas después de su dramático duelo en la final de Roland Garros, Sinner y Alcaraz volvieron a protagonizar un partido memorable, repleto de intensidad, precisión y momentos de gran tenis. Esta vez, la historia fue distinta para Sinner, quien supo mantenerse firme y aprender de los errores cometidos en París.

El encuentro comenzó con Sinner tomando la iniciativa: rompió el servicio del español en el quinto juego del primer set para colocarse 3-2. Sin embargo, Alcaraz respondió con agresividad y aprovechó un momento de tensión de su rival, que cometió una doble falta en un punto clave. Con dos quiebres consecutivos, el español se adjudicó el primer parcial.

Pese al golpe anímico, el italiano no se desmoronó. En el segundo set, Sinner mostró su mejor versión desde el arranque, quebrando el saque de Alcaraz en el primer juego y controlando el ritmo con golpes de derecha potentes y precisos. Su rendimiento con ese golpe alcanzó una calificación de 9,4, muy por encima de su promedio en el torneo (7,3). Así, igualó el marcador y tomó impulso.

El tercer set fue más parejo, pero Sinner supo golpear en el momento justo. Con 5-4 a su favor, aprovechó un resbalón de Alcaraz en un punto clave y quebró nuevamente para tomar la delantera en el marcador general. A partir de allí, el dominio mental fue del italiano.

En el cuarto set, Sinner se adelantó con otro quiebre temprano. Aunque Alcaraz tuvo una última oportunidad de reacción con dos puntos de quiebre en el octavo juego, el número 1 del mundo los salvó con solidez. Poco después, cerró el partido con su servicio y se desplomó sobre el césped del All England Club, celebrando su consagración en la Catedral del tenis.

Con esta victoria, Sinner se toma revancha de su derrota en Roland Garros y reafirma su posición en la cima del tenis mundial. Wimbledon tiene un nuevo campeón, y el circuito, un protagonista indiscutido para los próximos años.