Un doblete de cabeza del lateral Jules Koundé rescató al Barcelona en la Liga de Campeones. Esta vez, el conjunto azulgrana remontó ante un duro Eintracht Frankfurt (2-1) y mantiene vivas sus opciones de clasificación directa a los octavos de final.

Ni Lamine Yamal —muy controlado por la defensa alemana— ni un Raphinha impreciso ni un Robert Lewandowski poco afinado pudieron ser determinantes. El gran protagonista del regreso del Barça al Spotify Camp Nou fue Koundé, que, pese a un partido defensivo irregular, resultó decisivo con dos remates calcados en el segundo tiempo.

El encuentro comenzó cuesta arriba para los de Hansi Flick. El tanto inicial de Ansgar Knauff, tras una pérdida de balón de Yamal y una transición vertiginosa del Eintracht, silenció el estadio a los 21 minutos. La defensa sólida y sacrificada del cuadro alemán desconectó al Barça, que apenas pudo generar peligro más allá de un gol anulado a Lewandowski y un disparo lejano de Gerard Martín.

Flick había introducido tres cambios respecto al partido anterior: Lewandowski, Raphinha y Fermín López entraron por Ferran Torres, Marcus Rashford y Roony Bardghji. También volvió a dejar en el banquillo a Frenkie de Jong para mantener a Eric García como mediocentro. Un equipo muy distinto al que cayó eliminado ante el mismo rival en la Europa League de 2022. Esta vez, además, el ambiente nada tuvo que ver con aquella invasión de aficionados alemanes: las medidas del club funcionaron y las entradas quedaron mayoritariamente en manos de socios azulgranas.

El Eintracht, el conjunto más goleado de la Bundesliga, viajó a Barcelona con un plan claro: protegerse, agruparse y salir rápido a la contra. Su planteamiento funcionó a la perfección durante el primer tiempo, llevando al Barça al límite de la frustración. Incluso Pedri, cerebro del equipo, lució desbordado ante la telaraña alemana. Antes del descanso, los visitantes rozaron el 0-2 con un contragolpe magistral culminado por Skhiri, cuyo disparo se marchó alto.

El Barça regresó del vestuario pidiendo cambios a gritos. Flick movió piezas de inmediato: Rashford entró por un Fermín apagado. Sin embargo, los locales arrancaron la segunda parte aún más dubitativos y permitieron dos llegadas peligrosas del Eintracht.

Pero cuando peor pintaban las cosas, la reacción azulgrana llegó por arriba. Primero, Rashford se inventó un centro envenenado que encontró a Koundé solo en el área para el 1-1. La euforia se desató en el estadio. Y casi sin tiempo para respirar, al minuto 53, Lamine Yamal colocó otro centro perfecto que el francés volvió a mandar a la red para completar la remontada.

En apenas tres minutos, Koundé se redimió de un flojo primer tiempo y de un error defensivo en el arranque del complemento. El 2-1 dio oxígeno al Barça y sembró dudas en un Eintracht que no atinaba a decidir entre resistir o buscar el empate.

Los locales pudieron sentenciar con ocasiones claras de Raphinha y Ferran Torres, pero la falta de puntería dio vida al conjunto alemán, que estuvo cerca de aguar la noche de gloria del lateral francés. Aun así, el Barça supo resistir y cerró una victoria imprescindible en la Champions.