Lautaro Martínez terminó enfurecido con el árbitro alemán Felix Zwayer, quien, tras revisar el monitor del VAR, sancionó penal por un imprudente agarrón de camiseta de Alessandro Bastoni sobre Florian Wirtz. La protesta del delantero argentino fue tan vehemente que rozó la expulsión por doble amarilla, después de haber recibido la primera en el primer tiempo por una dura entrada sobre Robertson.
Corrían 43 minutos de la segunda parte cuando Dominik Szoboszlai convirtió el penal que selló el 1-0 de Liverpool ante Inter en San Siro. Un triunfo que llega como un desahogo para el conjunto inglés, inmerso en una compleja actualidad. En la Champions League logró instalarse entre los primeros ocho equipos, con boleto directo a los octavos de final, a la espera de los resultados de este miércoles.
Sin embargo, en la Premier League la situación continúa siendo crítica. Desde el décimo puesto y a diez puntos del líder Arsenal, la defensa del título parece alejarse cada jornada. Pero el problema más grave es el conflicto que estalló alrededor de Mohamed Salah, excluido de la lista de convocados por decisión del técnico Arne Slot. El egipcio había expresado públicamente su malestar por haber sido suplente en los tres partidos anteriores.
La ausencia de Salah —tercer máximo goleador histórico del club, con 250 tantos en 420 partidos— impregnó de tensión el ambiente en Milán. Su figura volvió a sobrevolar el estadio tras la sanción del penal, ya que es él quien habitualmente ejecuta desde los doce pasos (54 goles y 11 fallos). El potente remate de Szoboszlai, bien colocado, fue un alivio para Liverpool.
Las declaraciones del atacante desataron una fuerte polémica que superó las fronteras del club. “No sé por qué estoy en el banco. Alguien quiere que cargue con toda la culpa por la mala campaña. Siento que me están tirando bajo un camión. Estoy decepcionado. No creo ser el problema. No tengo relación con el entrenador”, dijo Salah ante los micrófonos.
Con contrato hasta junio de 2027 y a pocas semanas de unirse a su selección para la Copa África, la tensión se elevó al máximo. Tras la victoria ante Inter, Slot admitió el clima enrarecido: “Se han dicho muchas cosas. Eso afecta a los jugadores y a todo el plantel”.
Entrevistado por Clarence Seedorf, el técnico neerlandés dejó entrever que es Salah quien debe dar el primer paso para recomponer la relación, porque —según sugirió— fue él quien cometió el error. Andy Robertson, uno de los referentes del vestuario, defendió al egipcio: “Es uno de los mejores jugadores en la historia del club. Pase lo que pase, internamente estamos unidos”. En las tribunas de San Siro, varios de los 4000 hinchas ingleses mostraron apoyo a Slot, según la prensa británica.
En Inglaterra, la mayoría de analistas coincidió en que Salah se equivocó al hacer pública su molestia. Gary Lineker comentó: “Puede que Mo tenga razón, pero decirlo así fue imprudente”. Alan Shearer agregó: “Salah ha sido increíble, pero nadie está por encima del club”.
El más contundente fue Wayne Rooney: “Fue arrogante e irrespetuoso. Está destruyendo su legado en Liverpool. Sería triste que lo arruinara. El tiempo nos alcanza a todos… esta temporada no ha estado en su mejor nivel. Decir que no debe pelear por su puesto es una falta de respeto al entrenador, a sus compañeros y a la afición”.