
El Dodger Stadium vivió este domingo su último partido de temporada regular, con una derrota de los Dodgers por 3-1 frente a los Gigantes de San Francisco, marcada por un nuevo colapso del bullpen en las últimas entradas. A pesar del resultado, 46,601 aficionados llenaron las gradas, llevando la asistencia total de la campaña a más de 4 millones de espectadores por primera vez en la historia del club.
El ambiente, sin embargo, no fue de despedida, sino de expectativa por el regreso en la postemporada. Incluso Clayton Kershaw, ya retirado, recordó a los fanáticos: “Recuerden, aún nos queda un mes. Nos vemos a finales de octubre”.
Con un número mágico de tres, los Dodgers necesitan una combinación de triunfos propios y derrotas de los Padres para asegurar su duodécimo título de la División Oeste en 13 años y garantizar al menos dos juegos de playoffs en casa.
El mánager Dave Roberts fue claro: “Ahora mismo estamos centrados en ganar esta división y seguir adelante. Solo quiero llegar a la postemporada”.
El resultado también eclipsó la brillante actuación del abridor Emmet Sheehan, quien lanzó siete entradas con un solo imparable permitido y retiró a 15 bateadores consecutivos en un tramo del juego.