
El velocista estadounidense Noah Lyles reafirmó su dominio en los 200 metros lisos al conquistar su cuarto oro mundial consecutivo, consolidándose como la gran figura de la distancia. En la final del Estadio Olímpico de Tokio, Lyles no dio opción a sus rivales y se impuso con una marca de 19.52 segundos, superando a su compatriota Kenneth Bednarek, plata con 19.58, y al jamaicano Bryan Levell, bronce con registro personal de 19.64.
Cinco días después de la decepción del bronce en los 100 metros, el atleta de Florida se reivindicó con una actuación impecable que dejó sin margen de sorpresa al resto de competidores.
El gran derrotado de la jornada fue el botsuano Letsile Tebogo, campeón olímpico, quien finalizó cuarto con 19.65, a solo una centésima del podio. Tebogo, que aún no suma medallas en Tokio tras ser descalificado en la final de los 100 metros, reconoció la lección que deja esta experiencia:
“Esto es parte del juego. No siempre se gana todo. Se aprende. Superé muchas lesiones esta temporada y me mantengo sano, que es lo más importante. Noah se merecía este título. Espero correr el relevo con el equipo, pero ya veremos”, expresó tras la carrera.