
El club londinense ya fue sancionado en julio con 31 millones de euros por la UEFA por incumplir las normas y ha recibido una advertencia clara: si reincide en los próximos cuatro años, podría afrontar una multa adicional de 60 millones y, además, la prohibición de inscribir jugadores en competiciones europeas como la Champions League.
Por ello, los Blues necesitan cerrar el mercado con balance positivo o, al menos, en equilibrio entre compras y ventas. Hasta ahora, el equipo dirigido por Enzo Maresca ha invertido 280 millones de euros en refuerzos, destacando las llegadas de Joao Pedro (64 M€), Jamie Gittens (56 M€), Jorrel Hato (44 M€) y Liam Delap (35 M€). Por otro lado, han ingresado una cifra similar con las ventas de Renato Veiga al Villarreal y Carney Chukwuemeka al Borussia Dortmund.
Aun así, para concretar cualquier otro fichaje —como el de Fermín López—, el Chelsea primero debe vender. Si no lo hace, se arriesga a nuevas sanciones de la UEFA cuando se cierre el mercado este domingo.
Entre los objetivos prioritarios del club figuran Alejandro Garnacho (Manchester United), Xavi Simons (RB Leipzig) y Fermín López (Barcelona). Este último es considerado la operación más compleja, pero la delicada situación financiera del Barça y sus problemas para inscribir jugadores podrían abrir una ventana de oportunidad.
Mientras tanto, varios jugadores del Chelsea se encuentran en la rampa de salida: Nico Jackson, Christopher Nkunku, Tyrique George, Raheem Sterling, Ben Chilwell y Axel Disasi no entran en los planes de Maresca y entrenan al margen. La venta de alguno de ellos será clave para financiar los posibles fichajes.
Si no hay salidas, los Blues estarán atados de manos por las normas de la UEFA, dejando en suspenso la llegada de Fermín y otros objetivos de alto perfil.