
El US Open busca atraer aún más atención en su edición 2025 y, como novedad, ha transformado el torneo de dobles mixtos en un evento independiente con grandes incentivos. En lugar de los tradicionales entrenamientos abiertos para los aficionados, el último Grand Slam de la temporada abrirá con este nuevo formato, que contará con la participación de estrellas del circuito individual que normalmente no compiten en dobles.
El certamen se disputará en las canchas principales —Arthur Ashe y Louis Armstrong Stadium— durante la semana previa al cuadro principal. Participarán 16 equipos, la mitad seleccionados por ranking y la otra mitad mediante invitaciones directas de la USTA. El premio para la pareja campeona será de un millón de dólares, 800.000 más que en 2024.
Entre los cruces destacados figuran Carlos Alcaraz junto a Emma Raducanu frente a Jessica Pegula y Jack Draper, así como Novak Djokovic con Olga Danilovic ante Mirra Andreeva y Daniil Medvedev.
No obstante, la iniciativa no está exenta de polémica. Las campeonas defensoras, los italianos Sara Errani y Andrea Vavassori —los únicos especialistas en dobles del cuadro— calificaron la medida como una “profunda injusticia”, mientras que la ex número uno en dobles Kristina Mladenovic tachó el torneo de “súper exhibición”. Gaby Dabrowski, dos veces campeona de dobles mixtos en Grand Slam, lamentó no haber sido invitada pese a su interés en competir junto a Felix Auger-Aliassime: “¿Es un verdadero campeonato de dobles mixtos? No. ¿Puede ayudar al formato? Tal vez, pero no si no hay espacio para las especialistas”.
Por su parte, jugadores del cuadro individual como Taylor Fritz valoran positivamente el cambio: “Va a ser un auténtico Grand Slam. El premio en metálico es genial”.