
Después de una temporada para el olvido, el Milan quiere pasar página y lo hace con una renovación total en su centro del campo. La gran noticia: la llegada del croata Luka Modric, una leyenda del fútbol mundial que aterriza en San Siro como agente libre tras su salida del Real Madrid.
Modric no llega solo. Junto a él, se suman los jóvenes Samuele Ricci (ex Torino) y Ardon Jashari (selección suiza), dos apuestas de presente y futuro que han devuelto el optimismo a la hinchada ‘rossonera’.
El nuevo proyecto está ahora en manos de Massimiliano Allegri, quien vuelve a tomar las riendas tras el fracaso del tándem portugués Fonseca-Conceição. La limpieza ha sido profunda: nombres como Kyle Walker, Joao Félix, Tammy Abraham, Theo Hernández, Luka Jovic y Álvaro Morata ya no forman parte del plantel. Tampoco Tijjani Reijnders, el mejor jugador del club en la 2024-25, vendido al Manchester City por unos 60 millones de euros.
Con ese ingreso, el Milan reaccionó rápido. Primero llegó Modric, cuyo fichaje era un secreto a voces desde que anunció su salida del Madrid. La directiva destaca su rol de líder y mentor: “Su llegada es fundamental para un grupo que necesita liderazgo”, aseguró el director deportivo Igli Tare.
Además de su deseo de competir al máximo nivel, Modric se siente motivado por jugar en el club donde brilló su ídolo Zvonimir Boban, y con la vista puesta en el Mundial 2026.
Junto a él, Ricci será el cerebro del equipo. A sus 23 años, viene de firmar una gran temporada en la Serie A y ya es parte del recambio generacional de la selección italiana.
Con esta base, el Milan busca recuperar su identidad y volver a competir en lo más alto del fútbol europeo.