
El pasado 13 de julio, Lamine Yamal celebró su cumpleaños número 18 con una fiesta que prometía ser memorable: más de 200 invitados y una producción de alto nivel. Sin embargo, lo que debía ser una noche de celebración se vio empañada por una fuerte polémica: la participación de personas de talla baja como parte del entretenimiento.
La situación fue duramente cuestionada por la Asociación de Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE), que emitió un comunicado oficial repudiando lo ocurrido. En su mensaje, publicado a través de la red social X (antes Twitter), la asociación señaló: “Denunciamos la contratación de personas con enanismo como entretenimiento en la fiesta de Lamine Yamal. Actuaremos por la vía legal y social”.
La repercusión fue inmediata tanto en redes sociales como en medios de comunicación, generando un gran debate en el entorno del joven delantero del FC Barcelona.
Ante el creciente revuelo mediático, Yamal decidió pronunciarse públicamente durante una conferencia de prensa donde también se oficializó que usará el dorsal número 10 del Barça —el mismo que alguna vez portó Lionel Messi— y que renovó contrato con el club hasta 2031.
Consultado directamente por la controversia, Yamal respondió de forma tajante: “Al final, yo trabajo y juego para el Barça, pero cuando estoy fuera de la Ciudad Deportiva disfruto de la vida, y ya está”. La pregunta fue formulada en catalán, pero él pidió responder en español.
Para cerrar el tema, otro periodista le preguntó si su entrenador, Hansi Flick, le había dado algún consejo tras la polémica. Con tono irónico, el futbolista respondió: “Me dijo que mañana hay entrenamiento en doble turno y que fuera a dormir. Me felicitó y se lo agradezco”.
Con esa declaración, Yamal intentó dar por finalizado el capítulo más incómodo en el inicio de su vida adulta.