Agencias

El corredor de Eritrea Biniam Girmay se impuso en la 10ª etapa del Giro de Italia, este martes en Jesi (centro-este), siendo la primera victoria de un corredor africano de raza negra en una gran vuelta.

La única victoria hasta el momento de un ciclista africano en el Giro había sido la del sudafricano Alan van Heerden en 1979.

El español Juan Pedro López (Trek) conservó la ‘maglia rosa’ de líder de la general, que se enfundó por primera vez hace una semana en la etapa del Etna.

Girmay, del equipo belga Intermarché, superó al esprint al neerlandés Mathieu van der Poel, que levantó el pulgar al cruzar la meta para felicitar al joven africano por su actuación.

Girmay, de 22 años, participa por primera vez en la ronda italiana.

Profesional desde 2020, el eritreo cuenta con 8 victorias en su palmarés, tres de ellas en 2022. A finales de marzo, se convirtió en el primer africano en ganar una clásica (Gante-Wevelgem) y este martes confirmó su calidad como ciclista.

Su inmensa alegría solo se vio empañada por un accidente imprevisto ocurrido durante la ceremonia protocolaria. El tapón de la botella que agitó en señal de triunfo le impactó en el ojo y tuvo que ser trasladado a un hospital para recibir curas.

En apenas unos meses, el ciclista eriteo que pasó por el Centro Mundial del Ciclismo, una estructura de la Unión Ciclista Internacional (UCI) para formar a jóvenes talentos procedentes de países con pocos recursos, ya se ha hecho un nombre en el seno del pelotón y este martes su equipo, el Intermarche, se puso a su servicio para prepararle la llegada al esprint.

Al tiempo que Van der Poel se dejó energías tratando de contrarrestar varios ataques en el puerto final a menos de 10 km para la meta, Girmay siempre se mantuvo bien posicionado, pero sin trabajar más de lo justo.