El partido entre Inter de Milán y River Plate (2-0), correspondiente al Mundial de Clubes, no solo significó la clasificación de los italianos a los octavos de final y la eliminación de los argentinos, sino que dejó una de las escenas más lamentables del torneo: una pelea entre Denzel Dumfries y Marcos Acuña en el túnel de vestuarios.

El encuentro, tenso de principio a fin, terminó con dos expulsados por parte de River —Lucas Martínez-Quarta y Gonzalo Montiel— y un duelo constante en la banda entre el neerlandés Dumfries y el argentino Acuña, que terminó por desbordar los ánimos.

Al sonar el pitido final, ambos jugadores se dirigieron al túnel casi en silencio, intercambiando un breve gesto que indicaba claramente sus intenciones. Recorrieron el campo en paralelo, lejos de las cámaras, pero la tensión acumulada durante el partido ya era evidente para compañeros y técnicos.

Varios integrantes de ambos equipos, conscientes del conflicto latente, corrieron desde los banquillos para evitar que la situación pasara a mayores. Acuña, visiblemente alterado por la derrota y eliminación, incluso se encaró durante el partido con miembros del cuerpo técnico del Inter, encabezado por Cristian Chivu.

Jugadores como Barella y Carlos Augusto, junto al propio Chivu y el arquero de River, Franco Armani, intervinieron rápidamente para separar a los futbolistas. Mientras Acuña tuvo que ser contenido en el terreno de juego, Dumfries fue escoltado directamente al vestuario por compañeros del Inter.

La situación se agravó aún más cuando aficionados de River, ubicados cerca del túnel, arrojaron objetos al jugador neerlandés, impactando uno de ellos en su cabeza, aunque sin consecuencias graves.