Los principales campeonatos de fútbol en Europa, que generan miles de millones en ingresos, han intensificado su lucha contra la piratería, un problema que amenaza su principal fuente de financiamiento: los derechos televisivos.

Desde 2019, la Premier League cuenta con un equipo especializado en la detección de transmisiones ilegales, compuesto por investigadores, juristas y expertos informáticos en Londres y Singapur. Con el apoyo de proveedores de internet, redes sociales y motores de búsqueda, han implementado herramientas para rastrear y cerrar sitios de transmisión ilegal.

LaLiga, bajo la dirección de Javier Tebas, ha convertido la lucha contra la piratería en una prioridad desde 2013. Destina más de tres millones de euros anuales y emplea a 50 personas a nivel global para combatir el fraude. En cada jornada del campeonato español, se identifican más de 3,000 transmisiones ilegales entre España y Portugal, y se han detectado alrededor de 300 redes de difusión clandestina en el mundo.

Italia también ha reforzado sus esfuerzos, ya que la piratería representa pérdidas estimadas en 300 millones de euros anuales. En febrero de 2024, la Serie A lanzó la plataforma Piracy Shield, administrada por el organismo de telecomunicaciones del país, tras presionar al gobierno y a la industria para endurecer las leyes contra la retransmisión ilegal.

En Alemania, el impacto es aún mayor: según un estudio de 2023, el pirateo genera pérdidas de 1,800 millones de euros anuales, según Oliver Pribramsky, responsable de gestión de derechos de la Liga Alemana de Fútbol (DFL).

A medida que la piratería sigue evolucionando, las ligas europeas continúan redoblando esfuerzos para proteger sus derechos y asegurar la sostenibilidad económica del fútbol.