AFP

El Barcelona revive su peor pesadilla: Tras su empate 3-3 ante el Inter necesita un milagro para estar en los octavos de la Champions, por lo que parece destinado a jugar por segundo año consecutivo la Europa League, un golpe deportivo y económico de grandes dimensiones.

Robert Lewandowski, vigente doble Bota de Oro europeo, segundo en el Balón de Oro en 2021 y tercer máximo goleador histórico de la Liga de Campeones, deberá mostrar su clase en la Europa League a partir de enero, salvo gran carambola.

Si el Inter gana en casa al Viktoria Plzen en dos semanas, el Barcelona estará eliminado de la Champions incluso antes de la última jornada.

La tercera plaza del grupo es sinónimo de Europa League y el equipo azulgrana la tiene casi conquistada, al batir al Pzlen por 5-1 en la ida, por lo que los checos deberán ganar por al menos cuatro goles en la última jornada. Realmente improbable.

‘Al borde del desastre’

‘Al borde del desastre’, coincidieron este jueves los diarios deportivos Marca y AS en sus portadas. ‘Vivos de milagro’, señaló el Sport, mientras que El Mundo Deportivo se mostró más radical: ‘K.O. virtual’.

“Es cruel”, lamentó su técnico Xavi Hernández en la rueda de prensa posterior al partido, admitiendo que está “enfadado, decepcionado, triste, contrariado y enfurecido”.

“Con los fichajes que hemos hecho, debemos aspirar a algo mejor”, añadió el capitán Sergio Busquets.

La temporada pasada la eliminación del Barcelona fue un duro golpe para un equipo que acababa de perder a Lionel Messi, con la entidad debilitada por los seísmos económicos e institucionales.

Batido (3-2, 1-1) en cuartos por el Eintracht Fráncfort, a la postre vencedor de la competición, el Barça desplegó una ambiciosa política de fichajes este curso para evitar otra debacle.

En lo económico firmó un nuevo contrato de patrocinio con el gigante de la música en línea Spotify e hipotecó parte de sus activos para gastar 143 millones de euros (139 millones de dólares) para fichar siete jugadores de prestigio, entre ellos Lewandowski, el brasileño Raphinha o el francés Jules Koundé.