
La histórica victoria del París Saint-Germain sobre el Inter de Milán por 5-0 en la final de la Champions League no solo marcó un antes y un después en el fútbol europeo. También fue escenario de un emotivo mensaje que trascendió el deporte. Luis Enrique, el técnico español que condujo al equipo parisino a su primera “Orejona”, recordó con profunda emoción a su hija Xana, fallecida en 2019 a los 9 años.
En una noche de gloria para el PSG, todas las miradas estaban puestas en el imponente desempeño del equipo. Sin embargo, al finalizar el encuentro, el entrenador acaparó la atención con palabras que conmovieron a todos los presentes en la conferencia de prensa. Consultado sobre el valor personal de este título, respondió con serenidad: “No hace falta ganar la Champions para recordar a mi hija. La recuerdo todos los días de mi vida”.
Xana murió el 29 de agosto de 2019, víctima de un osteosarcoma, un tipo de cáncer óseo poco frecuente y agresivo que afecta sobre todo a niños. Desde entonces, la familia de Luis Enrique convirtió el dolor en acción, y en 2023 fundaron la Fundación Xana. Esta organización ofrece apoyo integral a niños y jóvenes con enfermedades graves, y se ha convertido en un referente en Barcelona por su labor y compromiso.
Más allá del fútbol, Luis Enrique volvió a dar una lección de vida. En medio de la celebración, recordó que la grandeza también está en la memoria, el amor y el legado.