
AFP
En el país del “Bomber” Gerd Müller, de Miroslav Klose y de Jürgen Klinsmann, Alemania sigue buscando un sucesor a estos ilustres delanteros centros para el Mundial-2022, al punto de haber convocado a dos novatos para Catar.
Para conquistar sus cuatro coronas mundiales, Alemania siempre ha confiado en un atacante excepcional, empezando por Helmut Rahn, goleador durante el “Milagro de Berna” en la final contra Hungría en 1954.
Más recientemente estuvo Miroslav Klose, todavía a la cabeza de los goleadores en Mundiales entre todas las ediciones con 16 goles. En ese palmarés, otros dos alemanes (Gerd Müller y Jürgen Klinsmann) figuran entre los primeros seis puestos.
Pero antes de su entrada en liza el miércoles contra Japón, el hueco que dejó en el ataque alemán la retirada de Klose todavía no ha encontrado sustituto, lo que explica en parte el sonado fracaso en Rusia hace cuatro años (eliminación en fase de grupos del Mundial-2018).
Al atacante Serge Gnabry, por ejemplo, no le gusta demasiado jugar como delantero centro: “Sabemos que juego, como preferencia, justo por detrás del atacante en punta, pero me siento igualmente cómodo en los lados”, lanzó Gnabry el domingo en rueda de prensa, desde el campamento base de Alemania en Al Shamal, al norte de Catar.
¿Y como número 9? “Sería también una opción, antes de encontrarme en el banquillo”, dejó caer el jugador del Bayern de Múnich con una sonrisa.
Ya sea Gnabry o Kai Havertz, ninguno de los dos tiene un especial gusto por ese puesto. Sorprendente, pues esa posición ha asegurado la gloria de grandes jugadores de la Mannschaft en el pasado.
Desde su llegada a la cabeza de la selección alemana en otoño de 2021, después de los quince años de mandato de Joachim Low, Hansi Flick creía haber encontrado en Timo Werner una solución permanente.