julio 28, 2022
Agencias
Escoltado por aviones de caza, paseado en descapotable entre el fervor popular en Copenhague: el vencedor danés del Tour de Francia, Jonas Vingegaard realizó un regreso triunfal a su país, festejado por decenas de miles de personas.
Veintiséis años después de Bjarne Riis, primer danés en ganar la ‘Grande Boucle’ en 1996 pero que reconoció más tarde haberse dopado, el maillot amarillo tiene el honor de asomarse al balcón del ayuntamiento de la capital, lugar de grandes celebraciones del deporte danés.
“Es completamente fantástico, completamente loco, no me lo creo”, declaró el tímido Jonas delante de una marea humana coloreada de banderas rojas y blancas, pero también de túnicas amarillas, reunidos en la gran plaza.
Tres días después de su coronación en los Campos Elíseos, sacó su teléfono para grabar a todos los aficionados, que cantaron el himno danés en honor a su campeón de 25 años.
“¡Vingegaard! ¡Vingegaard!”, gritó también la afición, que llenaba hasta arriba la inmensa plaza.
Dos horas antes, dos F-16 del ejército del aire danés habían escoltado al pequeño avión privado que trasladaba al campeón del Tour y a su familia.
El escalador danés se montó después en un descapotable a través de las calles de Copenhague. Miles de personas se habían aglomerado a lo largo del trayecto, agitando banderas danesas y chocando la mano del ciclista en numerosas ocasiones.
Para Allan Olsen, danés de 59 años, la victoria del joven ciclista es más importante incluso que la Eurocopa-92 de fútbol o los títulos de balonmano, panteón deportivo de Dinamarca.