julio 12, 2022
Agencias
Con la superestrella venezolana Yulimar Rojas al frente, el atletismo latinoamericano quiere hacerse presente en el medallero del Mundial que arranca el viernes en Eugene (Estados Unidos) pese a algunas sensibles bajas.
La región cosechó nueve medallas en el atletismo de los Juegos de Tokio-2020 y, aunque faltarán ahora a la cita los colombianos Anthony Zambrano y Sandra Lorena Arenas y el cubano Juan Miguel Echevarría, confía en volver a dar alegrías en el primer Mundial celebrado en Estados Unidos.
A sus 26 años, Yulimar Rojas llega a Eugene (15-24 de julio) como la indiscutible estandarte latinoamericana. Un año atrás fue una de las grandes protagonistas de Tokio-2020 al alcanzar su primer oro olímpico en triple salto con un récord mundial de 15,67 metros.
Alegre y carismática, el éxito no le hizo quitar el pie del acelerador y el pasado marzo en Belgrado batió su propio récord (15,74) haciéndose con su tercer título mundial en pista cubierta.
En Eugene, donde la competencia de triple salto arranca el sábado y finaliza el lunes, Rojas no solo pretende revalidar el oro logrado en el último Mundial de Doha-2019 sino romper la estratosférica barrera de los 16 metros.
Pletórica de fuerzas, la venezolana se había fijado un reto adicional, competir en el salto largo, pero su marca de clasificación fue invalidada por el uso de unas zapatillas no reglamentarias.
La otra campeona olímpica latinoamericana en el atletismo de Tokio-2020, la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn, tampoco querrá bajarse de lo más alto del podio de los 110 metros vallas en su primera participación mundialista.
Camacho-Quinn, nacida y criada en Carolina del Sur (Estados Unidos), vivirá a partir del sábado uno de los duelos más esperados de Eugene frente a las estadounidenses Kendra Harrison, plusmarquista mundial, y Nia Ali, campeona en Doha-2019.