
Redacción NVS / AFP
El Real Madrid fundió ayer en 90 minutos las buenas sensaciones que había dado en este arranque de temporada al caer sorpresivamente ante el modesto Sheriff Tiraspol moldavo en Champions. “Es difícil explicar esta derrota por el partido jugado”, dijo el técnico merengue, Carlo Ancelotti.
Más allá del llamado de atención para un histórico del Viejo Continente, esta derrota ante un modesto equipo moldavo llega también en un momento de convulsiones en el mundo del fútbol. Hay que recordar la sacudida provocada en abril por el intento de creación de la Superliga, una competición semicerrada de grandes clubes europeos.
La sorprendente victoria del Sheriff en Madrid parece poner de relieve el atractivo de las competiciones abiertas, en las que David puede vencer a Goliat.
“En tiempos de Superliga, de poderosos en busca de más dinero y débiles en busca de supervivencia, el conjunto moldavo dibujó una historia imposible, una de esas que el fútbol reserva para momentos puntuales y conjuntos desconocidos”, señaló el periodista Aritz Gabilondo en el periódico As.
El Sheriff, el equipo que se presentaba como la cenicienta del grupo D de la Champions, es ahora el líder por delante del Real Madrid, gran impulsor de la Superliga, y del Inter de Milan, también incluido en la lista inicial del proyecto, del que luego se retiró.